Una de las cosas que más me preocupa a la hora de educar a mis hijos es el compromiso con el esfuerzo. Con conseguir las cosas paso a paso y dedicar un rato cada día a ver cómo poder mejorar.
Hoy en día todo tiene que ser automático, rápido y casi sin reflexión por eso muchos de nuestros hijos abandonan rápidamente todo aquello que no consiguen a la primera.
Así que, con el fin de que vean que progresan y consigan cosas por su propio esfuerzo, hace un mes comenzamos a trabajar dos retos que exigen esfuerzo con cada uno de mis hijos. Evidentemente adaptados a su edad.
Con el más pequeño el reto es aprender a abrocharse sólo el cinturón de seguridad en el coche. Puede parecer una tontería pero no sabía hacerlo. Así que ahora, todas las mañanas, no importa lo que tarde, espero a que sea el sólito el que lo haga. Y está progresando y el mismo valora que ya lo consigue antes.
Podéis buscar retos concretos relacionados con la autonomía personal o con una afición por desarrollar.
Con el mayor, como esto está superado le he propuesto algo más lúdico. Le gusta tocar la guitarra pero cuando se le complica, abandona rápidamente así que le plantee que eligiese una canción sencilla con ayuda de su padre y que marcase los tiempos que iba a dedicar semanalmente a trabajar en ella para lograr tocarla. Va más lento que el pequeño pero al menos tiene un reto que afrontar.
Además, ellos son los responsables de hacer su cama antes de ir al cole y de mantener su habitación limpia y ordenada todas las semanas. Las cosas que no sabían hacer, les hemos ayudado y de esta manera colaboran en las tareas del hogar que son de todos.
Creo que es fundamental para ellos mantener la constancia, fijarse metas y valorar como progresan ellos mismos para que sean jóvenes y adultos comprometidos y responsables.
Animaos a poner metas a vuestros hijos. Os sorprenderá lo que pueden hacer.